El club Monterrey se consagró campeón del torneo Apertura 2009 del fútbol mexicano al vencer el domingo 2-1 a Cruz Azul en el partido de vuelta de la final, disputado en el estadio Azul de la ciudad de México y sellar así un resultado global de 6-4 (triunfo en la ida 4-3).Dos hombres determinantes en el título Rayado, Aldo de Nigris, al minuto 54, y el chileno Humberto "Chupete" Suazo, al 89', marcaron los goles del Monterrey que de esta manera se ciñe su tercera corona en el balompié azteca tal como lo hizo en 1986 y en el Apertura 2005.
El defensor Alejandro Castro, al 77, igualó parcialmente la cuenta para el Cruz Azul, que se mostró sin resolución ante su gente fracasando en su tercera final en dos años y dejando otra vez a sus hinchas con una profunda tristeza.
Monterrey dirigido por el técnico Victor Manuel Vucetich fue un merecido ganador del Apertura porque supo imponer su estilo y mística en una liguilla épica atizada por el repentino fallecimiento del goleador Antonio De Nigris, hermano de Aldo, a quien le heredó su fuerza de voluntad y espíritu combativo.
En el Azul, Monterrey vino de menos a más aguantando en el primer tiempo los embates del equipo local que estrelló dos balones en el travesaño regiomontano con sendos tiros de César Villaluz y de Fausto Pinto.En el segundo tiempo Monterrey empezó a desequilibrar el partido adelantándose en el marcador con un cabezazo de Aldo de Nigris. La jugada vino tras un tiro de esquina cobrado desde la derecha por Suazo para Sergio Santana, éste se la devolvió al chileno quien avanzó dentro del área y mandó un centro al segundo palo donde De Nigris superó la resistencia del portero José de Jesús Corona.
tras el golpe recibido Cruz Azul buscó reaccionar pero la defensa visitante apagó cualquier intención de gol y los locales recién empatarían al 77’ cuando Castro remató de cabeza aprovechando un centro de Rogelio Chávez.
Ya en las postrimerías del partido, ante una gran presión cruzazulina, apareció de nueva cuenta el chileno Suazo para liquidar la contienda. El "Chupete" corrió y alcanzó un pase profundo en las cercanías del área y con "tres dedos" de su pie derecho mandó el balón a guardar justo cuando Corona se le arrojaba a sus pies.
No hubo tiempo para más, solo para la felicidad del Monterrey, para el agradecimiento al cielo de Aldo de Nigris por las bendiciones que su hermano Antonio derrama sobre él y para la locura colectiva de los Rayados
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