Luego de la primera final de la versión número 50 de Copa Libertadores igualada 0-0 en La Plata, Argentina, entre Estudiantes y Cruzeiro, todo debía definirse este miércoles en la cancha del Mineirao de Belo Horizonte.La “Bestia Negra” aparecía como favorito para quedarse con su tercera Libertadores, pero el conjunto “Pincharrata” no le hizo caso a la lógica y se impuso por 2-1 para transformarse en el nuevo campeón de Copa Libertadores.
La primera etapa se jugó con dientes apretados, pues ningún elenco quería cometer un error que a la postre podría ser fatal. Cabe consignar que en esta instancia no corrían los goles como visita, por lo que sólo un triunfo haría levantar el trofeo a cualquiera de los dos equipos.Con esa presión, Cruzeiro salió con todo para marcar diferencias rápidas, pero el conjunto argentino que dirige Alejandro Sabella se paró de buena forma en la inmensa cancha del Mineirao y supo contener todas las intentonas de los locales sin dejar de lado el arco contrario, donde se creó las mejores ocasiones de gol mediante Mauro Boselli, quien quedó solo en dos ocasiones (21’ y 33’), pero en ambas ocasiones no consiguió sacar el remate final cuando todo parecía que abriría la cuenta.
Todo se resolvió, entonces, en la segunda fracción, donde los pupilos de Adilson Batista salieron decididos a terminar con la paridad. Y lo lograron rápidamente, pues un lanzamiento de Henrique desde 25 metros que rebotó en Leandro Desábato descolocó al buen meta Mariano Andújar y decretó el 1-0 en 51 minutos.En ese instante se pensó que Cruzeiro lo pasaba por arriba a Estudiantes, pero los trasandinos respondieron de inmediato con el empate de “La Gata” Gastón Fernández (57’), tras un perfecto centro de Cristián Cellay.
Pero la sorpresa no quedó ahí, pues al minuto 72 de partido Boselli puso el 2-1, a la postre definitivo, luego de cabecear de manera potente un córner enviado por Juan Sebastián Verón desde la derecha.
Obviamente, con el marcador a su favor, los hombres de Sabella sólo aguardaron en su campo ante un rival desesperado como Cruzeiro para levantar su cuarta Copa Libertadores de la historia (antes había hecho lo propio en las ediciones de 1968, 1969 y 1970), luego del pitazo final del árbitro chileno Carlos Chandía.
Obviamente, con el marcador a su favor, los hombres de Sabella sólo aguardaron en su campo ante un rival desesperado como Cruzeiro para levantar su cuarta Copa Libertadores de la historia (antes había hecho lo propio en las ediciones de 1968, 1969 y 1970), luego del pitazo final del árbitro chileno Carlos Chandía.
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