Era julio de 1957 y Fernando Riera, sin mayor interés que ver a su familia y echarle una ojeada a sus negocios personales, pasó por Santiago aprovechando que su equipo, el Belenenses de Portugal, terminaba una gira por Brasil. El "Tata" daba sus primeros pasos como entrenador profesional y en Chile, la Selección venía de protagonizar un bochorno en el Sudamericano de Lima, por actos de indisciplina de sus jugadores.
Riera, el primer estratego chileno formado en Europa (Francia) estaba en la capital. La noticia llegó rápidamente a oídos del presidente de la en ese entonces Asociación Central de Fútbol, Eugenio Velasco, quien no lo dudó dos veces. Había que darle un giro total al trabajo de la "Roja" y el ex jugador de Unión Española y Universidad Católica debía tomar el bastón.
El acuerdo se dio rápido. Riera se haría cargo del proceso pro Mundial de 1962. Sin embargo, recién en 1959 el entrenador dirigiría su primer partido en la adulta, pues primero trabajó con una escuadra juvenil, donde se encontró con valores como Alberto Fouillioux, Luis Eyzaguirre (que jugaron el Mundial) o José Sulantay.
"Yo estuve en ese equipo. A finales del '57 y principios del '58 comenzamos a trabajar. El nos decía que quería formar la base del equipo para el Mundial y fue muy criticado por eso, porque en esa época no se acostumbraba tanta planificación y con tanta anticipación", recuerda Sulantay.
Así partió una faena que luego sería reconocida como el "antes y el después" de esta actividad en Chile. "Hizo un cambio violento. Nos exigía de forma increíbles. Estricto al máximo, preocupado de todo, hasta de cómo debíamos usar las medias. Fue la semilla que luego se transformó en el verdadero fútbol profesional chileno", asegura el "Negro", quien en 2007 encabezó el tercer lugar en el Mundial Juvenil de Canadá.
El resto de los entrenadores y la mayoría de los clubes empezó a conocer el "Estilo Riera". Y muchos adoptaron la fórmula. Nació el interés de otros estrategos por capacitarse, otro "mandamiento" que importó de su aprendizaje en Francia.
En esa época, el mismo entrenador explicó cuál era su real misión, más allá de un resultado puntual: "No se trata sólo de entrenar un equipo a cinco años plazo. Se me ha contratado para hacer muchas cosas, muy interesantes, al estilo europeo. Preparar no sólo un contingente internacional, sino crear un clima, reestructurar unos cimientos, hacer penetrar un estilo que se avenga con las características del jugador nuestro. No vamos a trabajar solamente un determinado número de jugadores y yo. Tengo la pretensión de interesar en esta amplia labor a todos los resortes que forman el engranaje de la máquina futbolística del país; provocar un acuerdo, una conciencia colectiva uniforme. Que haya mucha gente que piense igual y que esté dispuesta a trabajar por el fútbol chileno y porque éste salga bien de su gran responsabilidad".
La escuadra nacional no jugó ningún partido clase A durante 1958. Las críticas crecieron, pero el resultado es conocido por todos: el podio en la cita planetaria de 1962, lo más importante que ha conseguido el balompié criollo en su historia.
Muchos siguieron sus principios técnicos. Arturo Salah y Manuel Pellegrini (ver secundaria) son actualmente los exponentes más célebres de esta escuela. "En el proceso del Mundial del '62, todos sus jugadores fueron entrenadores. Y en de la 'U', que me tocó vivir, pasó lo mismo. El transmitía una pasión que los hacía encontrar la vocación. Y me incluyo", comentó Salah.
Pellegrini también estaba en ese plantel azul. También conoció el estilo del "Tata". Lo dejó más que claro cuando asumió en Real Madrid y le preguntaron si con eso era el mejor técnico de la historia chilena. Su respuesta fue tajante: "El mejor de todos es Riera. Sin dudas".